Interim manager: un perfil profesional especializado en generar resultados

 

El concepto de interim manager ha evolucionado mucho desde que surgió hace ya casi 50 años.

Si no has oído hablar de él y eres empresario en España, te estás perdiendo algo relevante. Una ventaja competitiva enorme sobre el resto.

Y es que esta figura, que ha llegado con retraso a nuestro país, ha revolucionado el mundo de las corporaciones en otros como Alemania, Francia o Inglaterra.  Pero está aquí para quedarse.

 

Interim management: una filosofía basada en la eficacia y los resultados

 

Imagina una empresa que está en una etapa de transición, tiene problemas o no está logrando resultados a pesar de los aparentes esfuerzos de todo su equipo.

Intentamos cambiar un montón de cosas. Revisamos el plan de negocio y estratégico desde la base hasta la cima, y no encontramos respuestas. Es una situación desesperante, y que causa enormes pérdidas de tiempo (y dinero) a grandes y pequeñas compañías. Porque no podemos estancarnos, especialmente en un contexto tan competitivo como el actual.

Llegados a un punto donde aparecen problemas, la mentalidad del empresario europeo es mucho más práctica que la nuestra. Es ahí donde la figura del directivo de transición cobra enorme relevancia.

 

Lo que necesitas saber sobre un interim manager

 

Esta figura tan poco conocida en España hace referencia a un profesional extraordinariamente experimentado que asume la responsabilidad sobre una tarea concreta durante un tiempo determinado. Es decir: una persona capaz de sacar un proyecto del atasco en el que se encuentra, y ponerlo en la dirección adecuada.

Lógicamente, su figura va mucho más allá que un cambio de CEO o en la dirección de un departamento concreto. En el modelo del interim management, el experto debe unirse a la empresa con un objetivo muy claro y concreto, se trata de avanzar rápido hacia un resultado necesario.

Su figura es la de un experto capaz de lograr esto. Mientras que el consultor es muchísimo más habitual en nuestro país, en los países nórdicos gusta más la idea de un profesional que viene, sugiere e implementa los cambios por sí mismo.

 

El éxito del modelo lean & mean

 

Otra de las grandes diferencias del empresario europeo, que seguramente tiene su origen en ser de una cultura distinta, es el hecho de que busca eficacia y resultados a corto plazo.

Esto no quiere decir que se olvide de mirar al futuro de su compañía, sino que pasa por centrarse en que las cosas se pongan en marcha desde el minuto uno. La rentabilidad, los resultados, no pueden tardar años.

Con ese modelo en perspectiva, conocido como lean & mean, no es de extrañar que los directivos de transición gocen de gran prestigio en el viejo continente. Gracias a ellos, es posible dar un giro de 180 grados a un proyecto que no acaba de ir hacia donde queremos. Es cierto que la presión aumenta. También lo hacen los resultados.

Así, lo más importante de esa filosofía podría resumirse en tres claves diferenciales.

 

1. La inversión inicial es más elevada. La rentabilidad, también

 

Un empresario que apuesta fuerte por el interim manager no tiene miedo de hacer una inversión más fuerte en el profesional adecuado para poner el proyecto en el camino hacia los objetivos marcados.

En ese sentido, la confianza en el experto es total. Delegan las tareas y responsabilidades necesarias para transformar aquellos aspectos de un proyecto que lo requieren. No tienen miedo al cambio, y eso genera una enorme recompensa en forma de notables beneficios.

Además, los equipos directivos no miran con recelo al manager temporal. Es importante que haya una armonía entre su labor y la del resto del equipo, ya que esto conducirá siempre a los mejores resultados en la gestión.

 

2. Se basa en un modelo absolutamente pragmático

 

Cuando se contrata a esta figura, no interesan las consultorías ni los informes de “cómo se hace”. Interesa un profesional con la experiencia y el talento para ver la realidad de la empresa desde otra perspectiva. Alguien resolutivo, y que consiga avanzar en la dirección correcta.

Así, un buen interim manager consigue mejorar los resultados de la compañía en aquella realidad sobre la que interviene. Traen una visión clara de los objetivos que hay que cumplir. Y los cumplen. Eso es lean & mean. Nada de dar vueltas, perder el tiempo ni pedir a otros que apliquen sus ideas. Este modelo exige total implicación.

 

3. Si no genera resultados, no sirve

 

Un buen experto llamado a gestionar responsabilidades de empresa de forma temporal no va a tardar años en cumplir sus objetivos. Como hemos señalado, se espera que la inversión de la empresa en su talento sea fuerte. Del mismo modo, los beneficios han de ser notables.

En el modelo europeo gustan los directivos de transición con visión, experiencia y buen hacer. Pero, sobre todo, los que revolucionan la hoja de resultados. Sin rodeos: cumplir objetivos y, a poder ser, rápido.

 

Interim manager significa transformar el proyecto de una empresa

 

En conclusión, el empresario español tiene en los europeos un valioso ejemplo a seguir. La figura del interim manager, que goza de gran prestigio más allá de nuestras fronteras, es una de las más habituales en grandes corporaciones y proyectos que necesitan mejorar.

Lejos del miedo y la desconfianza ante un profesional que aterriza en la empresa, conviene valorar la experiencia de este experto como un diamante en bruto. Usualmente se han curtido en muchísimos proyectos diferentes, y tienen un objetivo increíblemente claro.

Con esa filosofía del lean & mean es posible hacer avanzar a una compañía, trabajando aquellos aspectos que más lo necesitan. Y sí, es cierto que va a implicar una inversión inicial importante. Pero también que los resultados serán acordes a ella.

Teniendo eso en cuenta, ¿por qué no plantearse un modelo de gestión temporal con un interim manager? Los casos de éxito en un sinfín de compañías multinacionales hablan por sí mismos. Quizás es una cuestión de cultura. Quizá, sin embargo, se trate de percatarse de la enorme oportunidad que implica este perfil profesional. Es algo que ningún directivo debería dejar de considerar. A no ser que, sencillamente, desconozca o renuncie a esta ventaja competitiva.

¿Has tenido alguna experiencia con un interim manager?

¿Qué te parecería contar con uno en tu proyecto?